viernes, 11 de noviembre de 2011

Caracterizando la gestión de la complejidad

Trabajo ganador en el área de gestión del concurso de ponencias estudiantiles del XX Congreso Latinoamericano de Estudiantes de Ingeniería Industrial (CLEIN) 2011. Pucón, Chile http://cleinchile2011.ufro.cl/


La complejidad es hoy en día una de las características más comunes dentro de los sistemas, esta actualidad del tema en cuestión ha hecho plantear a importantes científicos que el siglo en que estamos viviendo es el llamado “siglo de la complejidad” y esta dificultad ha ido en orden ascendente, claro ejemplo de ello es que “un vehículo de alta tecnología de hoy en día tiene más equipamiento electrónico que un Airbus A300 que entró al mercado en 1972”[1] o que “el 60% de los mayores desastres industriales entre 1921 y 1989 ocurrieron después de 1975” [2]. Algunas de las razones del aumento de la complejidad vienen dadas por el desarrollo y rápida evolución de nuevos productos y sistemas computacionales, la especialización existente entre las nuevas tecnologías (Nanotecnología, biotecnología, etc.) y la alta conectividad entre las distintas unidades (redes, internet, sistemas de comunicación, etc.). Es por ello que comprender los errores que nos llevan hacia los desastres se convierte en un imperativo para proyectar un futuro exitoso. Pero primero, se deben comprender las propiedades presentes en la complejidad y las características sistémicas que se presentan, algunas de ellas son las conexiones entre elementos, el conjunto de relaciones entre los mismos, las diferencias individuales tanto a nivel de elementos como de relaciones, las estructuras que conforman estos elementos y relaciones, así como también la dinámica, inestabilidad e independencia o moméntum de cada una de sus partes, pero no debemos olvidarnos del todo, por lo tanto una visión holística del sistema en cuestión es también fundamental para comprender la complejidad de la que estamos hablando. Si bien se han dado algunas características de la complejidad, ésta no ha sido definida, ello es debido a que no existe una definición universal y principalmente porque “la complejidad ocurre en los ojos del observador” [3]. Algo similar se presenta cuando se quiere medir la complejidad, la cual se puede comparar con la frustración (aspecto también subjetivo) que ocurre cuando las personas no pueden comprender una situación problemática que es de gran importancia para ellas. Además, la complejidad puede tener distintas aproximaciones dependiendo del área en la que se trate y es ahí donde surge un nuevo problema, pues la complejidad es interdisciplinaria, engloba a áreas como la biología, sociología, psicología, economía, ingeniería, matemáticas, teoría de sistemas, entre otros. 
Comprendiendo los errores comunes que cometen las personas cuando están bajo situaciones complejas, se pueden desarrollar estrategias o técnicas para afrontar de mejor forma estas situaciones. Para ello existe la simulación, es decir, experimentar. Usando este enfoque se pueden apreciar los comportamientos habituales que cometen las personas ante la complejidad, específicamente dentro de la gestión, en donde se observan algunos tipos de comportamiento como: errores en la definición de objetivos, establecimiento de parámetros inadecuados para medir el rendimiento de las organizaciones y el cumplimiento de objetivos, análisis de la situación en términos de criterios y de variables equivocados, análisis con tendencias erróneas (normalmente lineales), no consideración de los efectos retardados ni secundarios de las decisiones tomadas, concentración de toda la atención en focos equívocos debido al miedo a lo desconocido, entre otros.
Para tomar acciones en contra de estos comportamientos, se debe asumir que cometemos errores, que no siempre se puede predecir el comportamiento de los sistemas ni tampoco prevenir los desastres, sobre todo si es que éstos son provocados por cadenas circunstanciales inusuales. Se deben establecer este tipo de consideraciones e introducirlas en el diseño de los sistemas, establecer culturas de seguridad y responsabilidad, eliminando el “drifting into failure” y olvidando principios como “si siempre lo hemos realizado de la misma forma”, hay que cambiar paradigmas y pensar en que todo lo que pueda ir mal, tenderá a ir mal. Esto nos permite reflejar los límites existentes en la visión actual, tal como señala Franz Reither: “si es que queremos lidiar con la complejidad, debemos ser complejos y si es que queremos lidiar con la incertidumbre, debemos permitir incertidumbre”.
Las organizaciones no se pueden considerar como un mecanismo programado, sino que como un sistema complejo en donde confluyen diferentes aspectos de la realidad, con una base social, política y técnica. Los ingenieros actuales necesitan de inteligencias múltiples y conocimientos en las distintas disciplinas del saber y además deben comprender que sus decisiones deben llevar en sí la conciencia de la incertidumbre. Por ende, la complejidad surge porque en los sistemas operan una diversidad de fuerzas que no constituyen un todo armónico ni estable, debido a esto, es necesario replantear los enfoques que eran considerados hasta el momento y apuntar hacia un nuevo futuro, un futuro en donde la gran frontera es la complejidad y donde los países, personas y organizaciones que dominen esta nueva ciencia se convertirán en súper potencias a nivel económico, cultural y político.


[1]  “Computer Zeitung”. Número 23, 2009. Página 18.
[2]  Leveson, Nancy (1995). “Safeware: System Safety and Computers”. Addison-Wesley.
[3] Bilal, Ayyub & Klir, George (2006). “Uncertainty Modeling and Analysis in Engineering and the Sciences”. Chapman & Hall/CRC 2006. Página 30.

Caracterizando la gestión complejidad. Rodrigo García







No hay comentarios: