El crecimiento de la complejidad junto con la necesidad de permanecer competitivos como organización es una de las características más comunes dentro de los sistemas actuales. Para hacer frente a esta dificultad, el ser humano cuenta con la creatividad; ésta no debe ser entendida como algo místico, inalcanzable o perteneciente sólo a individuos dotados, pues es parte del legado evolutivo y nos ha permitido sobrevivir como especie y adaptarnos al medio ambiente cambiante. Pero pese a ello, las organizaciones actuales enfrentan grandes limitaciones a la hora de fomentar la creatividad, debido a que están focalizadas sólo en partes de la creatividad más que en el todo. Se debe comprender que podemos aumentar la creatividad mientras ésta sea comprendida como una unidad compuesta por aspectos cognitivos, afectivos e intencionales. Es bajo estos principios que surge la gestión de la creatividad, como una fuerza creadora para superar los modernos desafíos organizacionales, bajo la forma de mecanismos, instrumentos y técnicas que nos permitirán alcanzar y proteger a la creatividad dentro de nuestras organizaciones. La gestión de la creatividad nos ayudará a:
·
Enfrentar
problemas complejos.
·
Superar
las limitantes que plantean los procesos lógico-racionales, pero no perderlos
de vista, dada las potencialidades de este sistema para la conceptualización y
definición de problemas dentro de un proceso complejo de búsqueda de
soluciones.
·
Determinar
las competencias requeridas en los equipos multidisciplinarios de trabajo, las
interacciones existentes entre los distintos actores involucrados en el proceso
problema-solución, así como también la vinculación de estos equipos con los
llamados ambientes creativos de trabajo.
·
Alinear
el proceso de búsqueda de soluciones con la visión y estrategia organizacional.
·
Reconocer
el sistema problema-solución como un todo no lineal dado la naturaleza del ser
humano y del medio ambiente que lo rodea.
·
Comprender
al pensamiento creativo, pero no desde una forma específica de pensamiento,
sino que como una interacción sinérgica entre los distintos tipos de
pensamiento.
Hoy en día gracias a los avances
logrados en el ámbito del conocimiento del pensamiento creativo y de sus
procesos, se está en condiciones de diseñar técnicas tanto a nivel personal
como organizacional para superar las barreras que frenan a la creatividad y
desarrollar habilidades para fomentarla. Estas estrategias que por diversas
circunstancias no son explotadas en toda su magnitud, son por el contrario,
consciente o inconscientemente limitadas. Además, se deben establecer conexiones
entre los procesos de pensamiento: divergente o lateral, en donde se olvidan
barreras y paradigmas de pensamiento, creando visiones constructivas de la
realidad; como también las formas de pensamiento convergente o vertical,
asociado con lo lógico-analítico y enfocado en una sola dirección.
Es bajo estos principios, en donde la
creatividad puede contribuir sustancialmente en la innovación, entendiendo a
esta última como a la gestión de todas las actividades que añaden valor desde
un nivel de ciencias básicas hasta la introducción en el mercado, es por ello
que se habla de generación de nuevos y mejores productos, de la configuración
de nuevas técnicas productivas, de intervenciones de tipo social y de reformas
estructurales. La gestión de la innovación trata tópicos como la formulación y
seguimiento de tareas, la alineación estratégica y operacional de la
organización hacia la innovación, la toma de decisiones relevantes en cuanto a
la innovación, el establecimiento de mecanismos de información y comunicación e
inculcar a la innovación como un elemento clave dentro de la cultura
organizacional.
Pese a lo expuesto, la creatividad y la
innovación toman sentido solamente cuando esta es útil, es por ello que podemos
emplearlas dentro del proceso de aprendizaje, específicamente en el aprendizaje
basado en problemas (de ahora en adelante ABP), instancia educacional en donde
el alumno se convierte en el centro del modelo educativo, desarrollando un
papel activo y entendiendo al aprendizaje como algo que él realiza por sí
mismo. Son precisamente éstas las características que hacen a la creatividad,
la innovación y al ABP elementos fundamentales en la formación de los nuevos
ingenieros, ingenieros nacidos en la era del conocimiento, en donde el valor
del conocimiento ha sobrepasado al valor de los activos y además, los hace
enfrentarse a la realidad, un mundo dinámico, en donde es cada vez menor el
tiempo en el que los profesionales deben desempeñar una misma tarea con la
mismas competencias y donde el aprender a aprender se ha vuelto una necesidad
dentro de nuestras organizaciones. Es con este objetivo que se realizó una
experiencia piloto dentro de la Facultad de Ingeniería de la Universidad
Católica de la Santísima Concepción (UCSC), de manera de alinear estos tópicos
con el perfil del estudiante de la carrera de Ingeniería Civil Industrial; “Formar ingenieros creativos,
innovadores, promotores del Desarrollo Sustentable y capaces de adaptarse al cambio permanente; con sólida
base científica-tecnológica y de moral cristiana, haciendo interactuar al
estudiante con el sector productivo y social de la región, con la participación
de académicos capacitados en técnicas pedagógicas modernas, incorporando el uso
de tecnologías y mejorando continuamente el proceso de aprendizaje”. Fue así cómo
surgió la iniciativa: “Intervención en el curso de Administración
General: De la teoría al hecho”, en donde se utiliza este tipo de aprendizaje
haciendo uso de las herramientas brindadas en el marco de un curso intermedio
del área de gestión y bajo el alero de la creatividad y de la innovación con el
objetivo de generar innovaciones sociales o cambios que puedan mejorar el comportamiento
y vida de las personas. Además, no sólo los alumnos dan valor a los conceptos
adquiridos, sino que también fortalecieron sus valores, su compromiso con el
entorno, gestionaron sus conocimientos, enfrentaron desafíos, superaron
barreras y se generaron lecciones y experiencias que les serán útiles no sólo
para su vida profesional, sino que también para su desarrollo personal. Por
otro lado, existe un desafío para el docente, dado que éste debe atender a las
nuevas necesidades que se generan y ha de contrastar la realidad del aula con
los problemas ingenieriles de la vida real.
Finalmente, podemos
señalar que la creatividad y la innovación encuentran valor cuando ésta se
aplica para generar beneficios en todos los actores involucrados, es por ello
que mediante la gestión de la creatividad, se puede alcanzar la innovación y
ésta toma aún más valor al ser utilizada en la formación de las nuevas
generaciones de ingenieros, generaciones que deben ser preparadas para un nuevo
mundo, un mundo cada vez más dinámico y complejo en donde se requieren cada día
nuevas habilidades para ser competitivos y para llegar a ser un verdadero
aporte dentro de la sociedad y del mundo en el que vivimos.Gestión de la creatividad. Rodrigo García
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